Llévame a la luna

¡Calentando motores y preparando el despegue! Últimamente ando configurando mi vida (si, configurando, como si fuera un ordenador) para preparar mi particular vuelo hacia la luna. Concienciándome para apartarme de la relajante cotidianeidad de mi vida y emprender un pequeño viaje a la periferia de mi mundo. No tan difícil. No tan fácil. Siempre parece haber etapas. A mi me ha tocado vivir de nuevo un fin de etapa y un nuevo comienzo. Quizás sea la edad, pero simplemente me parece correcto, como diría un gran amigo mío. ¿Me gusta? ¿Es peor? ¿Quizás sea necesario? Ya no lo se, ni me importa realmente. No me malinterpretéis: no estoy enfadado con la vida ni nada por el estilo. En realidad casi estoy agradecido por la oportunidad de poder cambiar. Y no solo por este último cambio. En general, por todos los cambios que vinieron y por los que vendrán. Simplemente porque me dan la oportunidad de probarme a mi mismo: probar mi voluntad, mi desidia, mi ánimo y desánimo, mi fortaleza, mi mente y mi cuerpo. Y por ahora me gusto, estoy contento con cómo soy. No al cien por cien, por supuesto, pero si en un alto grado y teniendo en cuenta la edad que tengo. Ya habrá más cuando sea mayor…y menos, obviamente.

Mis clases de inglés, mi entrenamiento de gimnasio, mi trabajo con decodificadores y C++, mi pequeño repunte musical, el inevitable escarceo hacia un país extranjero, incluso hasta quizás algo de teatro son las cosas que ocupan mi mente hoy por hoy. Disfrutar y aprender: ¿qué más podría pedir?

Mmmmm, un poco más de salud, que últimamente mis achaques óseos y musculares me están dando un poco por donde Gollum perdió el anillo. Nada que no solucione un poco de ejercicio, un poco de Ibuprofeno y alguna visita esporádica al médico.

Hoy: Ensalada para comer, ejercicio de espalda en el gym, 20 minutos corriendo…and english classes to end the day. ¡A disfrutar del menu!