El buslizador hiperbárico

Se encontró allí en medio, sin saber que hacer ni que decir, justo cuando le sorprendió el sonido familiar de un claxon que tocaba una melodía melancólica al compás de un Do menor. Giró la cabeza para encontrarse frente a frente con el enorme Buslizador de color amarillo avejentado. El vehículo se alzaba al menos 6 metros por encima de la cabeza de Gabriell, y se contoneaba a un lado y al otro al ritmo de los magnetopropulsores que llevaba instalados en la base. Un zumbido en contrapunto seguido de un gorgoteo líquido, emanaba constantemente de las válvulas de escape ancladas al techo, y una mezcolanza de olores característica de aquél cascajo (papel mojado, óxido y comida recién hecha) se insinuaba desde el interior.

La compuerta se deslizó sobre su carril dejando escapar un bufido apesadumbrado e invitando a Gabriell a explorar las entrañas del coloso. Este terminó de comer su bocadillo de jamón, queso y mermelada de frambuesa, y se dispuso a salvar el escalón metálico que se encontraba en el hueco de acceso. De un solo salto se introdujo en la boca de aquella bestia de metal y vapor, y desapareció en su interior. La compuerta se deslizó de nuevo, suplicando esta vez con un chillido agudo y sellando la entrada del Buslizador.

Los magnetopropulsores iniciaron su danza circular alrededor de los ejes y comenzaron a emitir un zumbido grave a 5 por 4 que armonizaba perfectamente con los contrapuntos de las válvulas. Toda la estructura comenzó a temblar y a sacudirse mientras los propulsores de la base giraban cada vez con más fuerza. El zumbido se volvió cada vez más agudo, más intenso, hasta que el vehículo comenzó a elevarse del suelo. Primero un metro, luego dos, tres…cuatro…cinco… Y de repente, sin previo aviso, el Buslizador salió disparado en parábola hiperbólica hacia el cielo, dejando como muestras de su paso por allí un charquito de brillante liquido engrasante, propio de un propulsor magnético un tanto vintage.

El Buslizador había partido finalmente hacía su destino final: El Desencajahuesos Hiperestelar.

Continuará…(o no)