Veinticinco balas malgastadas
Apunté hacia el cielo
y conseguí matar a un dios
Veinticinco almas devastadas
y no he conseguido ser yo
Cariño, he venido a decirte
que he perdido el sentido
No te asustes si no sientes mi latir
Mi prisión se ha vuelto espesa
Me atraganta y me indaga
Ninguna otra me conoce mejor
Veinticinco dagas bien clavadas
en un mismo corazón
Ahógame entre tus brazos
Y ámame
Ayúdame a controlar la ansiedad
Discúlpame si no he de cambiar
Solo otra bala más…
¿Para qué son
si no son para matar?
Mi alma probó el sabor de la pólvora
pero el dulce aroma a victoria
nunca más caerá en mis manos
Ahora solo me quedan tus labios
y el susurro de alguna canción